Por: Andrés Reinoldes Giraldo Balcázar
La película Troya, dirigida por Wolfgang Petersen (2004), plantea de entrada la perspectiva
griega al darle supremacía a Aquiles, hijo de Tetis, y aclamado guerrero salvador de su
pueblo. Ejemplo de esto es la batalla contra Tesalia, ciudad griega
donde el gigante Boagrius amedrenta al ejército liderado por el terrible Agamenón, quien llama a Aquiles para que le dé muerte.
En adelante, la historia transcurre
de manera similar a como la conocemos: la relación entre Troya y Esparta, el amor de
Paris y Helena, el rapto y su consecuente guerra, con la alianza de los reyes y
ejércitos de cada ciudad egea. Sin embargo, en Troya se dan giros respecto a
la Ilíada de Homero y otras versiones más cercanas a su epopeya:
Uno de ellos es la batalla entre Paris y
Menelao. Afrodita no influye en este encuentro de manera evidente, pero Paris huye a esconderse en los
pies de su hermano Héctor, donde Menelao se dispone a matarlo, recibiendo la espada del caudillo troyano para impedir que el griego acabe con la vida de su hermano. La muerte de Menelao es un giro inesperado que justifica la sed de venganza y ambición de Agamenón por conquistar Troya, para lo cual Aquiles, muy a su pesar, es indispensable.
Otro cambio respecto a Iliada es que en el arribo a Troya, Aquiles precede con su ejército
al resto de la flota griega y conquista la playa en que está ubicado el templo de Apolo donde Briseida, prima de Héctor y Paris, es sacerdotisa del dios solar. El orgullo y deseo de Aquiles por ser reconocido como un héroe legendario le hacen
actuar de forma salvaje contra los troyanos hasta el momento en que Agamenón le
roba a su amada Briseida. Indignado, Aquiles deja de pelear. Y de nuevo lo conocido: Patroclo lucha con su armadura y muere a manos de Héctor, quien lamenta haberlo confundido con Aquiles. De mala gana e interesado por conquistar Troya, Agamenón
devuelve a Briseida a Aquiles, pero este, lleno de cólera, luchará por venganza.
Luego vendrá la lucha espectacular entre Aquiles
y Héctor donde este muere. Troya sigue resistiendo hasta que los griegos construyen el caballo de madera con el que ingresan a la ciudad, la saquean y destruyen. Contrario a lo cantado por Homero en Ilíada, en esta
versión Aquiles está vivo en este acontecimiento, pues de lo que se trata es de
coronarlo como héroe. Recordemos que, según Homero, Aquiles muere en el séptimo año de la guerra y, por lo tanto, no participa de la toma final de Troya. En medio de la matanza, Aquiles busca a Briseida, quien acaba de asesinar a Agamenón. Cuando Aquiles la encuentra, Paris aprovecha para dar muerte al griego, clavando una
flecha en su talón y otras en el resto de su cuerpo. Paris huye con Helena y parte de su pueblo por un túnel secreto que los sacará al monte Ida.
Troya arde en llamas. Odiseo
nos recuerda esa famosísima historia.