(Waldo Leyva - Cuba)
o si he
llegado al fin donde quería.
El olor de
la tierra es familiar,
no me
resulta extraño el árbol,
ni la
garganta migratoria de los pájaros.
Los espejos
de agua
me devuelven
un rostro indescifrable.
¿Alguien me
vio partir?
¿Alguien me
espera?
En la
memoria del porvenir
yo seré el
que regresa,
y en la
piel, junto al salitre
y ciertas
mordeduras incurables,
tendré
tatuado el ruido de la sombra
y el
silencio que dejan las batallas.
¿Soy el
único sobreviviente del naufragio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario